EL COACH EN EL SIGLO 21 (Parte3)

En el entrenamiento con jugadores de élite todo es completamente diferente, en esta ocasión el jugador es poseedor de prácticamente el poder absoluto, y el trabajo del Coach,( como veis en esta ocasión no me refiero a entrenador sino a coach) esta en riesgo constantemente . Todo lo relativo al entrenamiento debe estar consensuado invariablemente con el jugador, cuestión lógica puesto que ya no estamos tratando con niños con unas ganas infinitas de aprender sino con un deportista de categoría mundial.

Ambas partes entienden esta situación, y la aceptan como real y cotidiana como siempre el equilibrio y el respeto mutuo serán indispensables en esta relación. El coach tiene la obligación de facilitarle la vida al atleta solucionándole absolutamente todas las tareas susceptibles de ello como son el encordado, adquisición y organización de vuelos , reservas de hoteles, programación y reservas de las pistas de entrenamientos, búsqueda del compañero apropiado para un entrenamiento provechoso, control de las tácticas y estrategias adecuadas en cada encuentro, estableciendo proyectos de logro y de tarea a corto y medio plazo, dando consejo y calmando después de un resultado negativo y equilibrándolo cuando la tendencia es positiva, en definitiva en muchos casos el mayor valor del coach esta en el compañero, amigo y en todas la áreas relativas al estilo de vida. En estos casos invariablemente el poder esta al lado del deportista.

Muchas veces vemos la televisión y observamos los grandes coaches en los palcos, en una posición de relajación y encantamiento mientras su jugador domina el marcador, también los vemos sufrir en muchísimos momentos de los partidos cuando las cosas no van también, incluso son objeto de desprecios , desplantes, reproches e insultos por parte de sus pupilos cuando ellos sienten la impotencia, y la derrota se acerca invariablemente. Somos capaces de imaginar por un instante el momento de la cena ?. Que le podemos decir al jugador cuando sus pensamientos tan solo son de enojo, frustración y se encuentra verdaderamente deprimido por que ha encadenado varias derrotas consecutivas y esta harto de escuchar por enésima vez … “no te preocupes”, “ no pasa nada “, “estas trabajando bien y esto pronto cambiara”, “ tranquilo “… y todas estas repeticiones se multiplican negativamente en su mente tanto o mas que la perdida de los partidos.

Esta cerca la ruptura, los resultados mandan en el circuito profesional, y no todos los entrenadores están preparados para prever y manejar adecuadamente estas situaciones, Pero aun puede ser peor, imaginemos por un momento que por una sugerencia nuestra en esta etapa del entrenamiento el jugador ha estado intentando añadir alguna “nueva habilidad”, … haciendo algún pequeño cambio en sus golpes, estrategias o estilo de juego ( lamentablemente adquirir habilidades diferentes se desvía invariablemente de sus respuestas habituales y causa un perjuicio en sus primeros resultados) pero sigue sumido en la derrota. En este preciso instante el coach ha perdido toda su credibilidad .

En definitiva, creo sinceramente que el trabajo del coach en alto nivel es verdaderamente difícil y muy complicado, crítico y enclaustrado en una situación de alto riesgo tanto o mas que la del jugador, pero la vocación de los grandes entrenadores pese a las adversidades parece ser en esencia hacer que el jugador se sienta feliz. Creo que se pueden e incluso se deben incluir la inclusión de pequeñas sugerencias de carácter técnico o táctico, también de índole estratégico si bien estoy convencido de que el grueso de los esfuerzos debe estar enfocado a hacer que el jugador se sienta bien, mantenga la motivación y sobre todo la ilusión por el trabajo y la competición.

 

En cualquier caso, en cualquier nivel, la inversión emocional del coach o entrenador , así como la búsqueda de la excelencia en buscar objetivos competitivos refuerzan el vinculo profesional- emocional . Los jugadores de tenis son capaces de sentir la implicación, la confianza y la verdadera pasión de su coach por ellos, es por esto que ellos de alguna manera también se sienten identificados y obligados a responder con la misma carga de compromiso y lealtad.

También si el coach o entrenador no esta verdaderamente implicado, si mantiene una actitud pasiva y poco comprometida, si no es serio, puntual, organizado, y coherente con el estilo de vida elegido, responsable y no admite critica o parte de responsabilidad alguna cuando los resultados no son positivos pero es el “héroe “ cuando el resultado es victorioso son igualmente percibidas por el jugador y ellos pierden totalmente el control, normalmente en estas ocasiones el coach es totalmente indiferente hacia el proceso de desarrollo del atleta y priman los intereses de resultados puesto que ello alimenta el ego y la jerarquía del coach. La incertidumbre en estos casos acompaña la relación hacia un camino de no retorno.

 

Estamos convencidos de que una buena relación profesional, se debe establecer desde un labor eficaz, bien estructurada y organizada, intentando que cada entrenamiento y cada competición este verdaderamente planeada, pequeños objetivos o pequeñas charlas de un par de minutos antes del comienzo de cada sesión, ponen de manifiesto una buena predisposición e incluso obligan al atleta a mantener el mismo nivel de absoluta concentración y confianza entre ellos. Seamos lo mejor que podamos ser !!! .